INTERESANTE CHARLA SOBRE LOS BOSQUES ESCURIALENSES

El 10 de diciembre, en la Casa de Cultura de San Lorenzo, en la presentación de su libro, Montes del Escorial: Historia de una Repoblación (Visión Libros 2011), el autor José Javier Ramírez Altozano dio una ponencia fascinante sobre la historia de los bosques escurialense y, en particular, sobre la repoblación del Monte Abantos entre 1891 y 1914. De especial interés fue su descripción sobre las amenazas a los bosques escurialenses a lo largo de los siglos y los esfuerzos titánicos de los ingenieros de montes por recuperar la cubierta vegetal de las laderas del Monte Abantos.

El autor empezó comentando los continuos conflictos entre los Reyes, con su preocupación por la caza, y los Jerónimos con su interés en sacar un rendimiento económico de los bosques y las dehesas por medio de la tala de árboles y la extensión de pastos para su cabaña ganadera. Después de describir el nefasto periodo de ocupación francesa durante la Guerra de Independencia, José Javier Ramírez describió los impactos dramáticos de la desamortización de 1869; los nuevos dueños de las tierras desamortizadas no dudaron en talar miles de árboles con sus consiguientes efectos ambientales.

Por suerte a este panorama desolador de deforestación y abandono, con las laderas de Abantos casi desnudas de vegetación arbórea, en 1869 se trasladó a San Lorenzo de El Escorial la Escuela de Ingenieros de Montes, fundada en 1848 y establecida en el Castillo de Villaviciosa de Odón. Sin embargo, por varios motivos, se tardó más de veinte años en empezar la gran repoblación de los montes escurialenses en 1891 y, de hecho, solamente se llevó a cabo gracias a los esfuerzos y presiones del gran naturalista y senador Mariano de Paz Graells.

José Javier Ramírez describió los grandes problemas que encontraron los ingenieros con un suelo totalmente degradado y varios años de sequía que resultaron en un 85% de marras. Por el mal estado del suelo los ingenieros no plantaron árboles autóctonos como el roble melojo o encina, sino pinos, en particular el pino negral (Pinus pinaster) en la parte más baja del monte y pino silvestre (Pinus silvestris) en la parte más alta del monte. A la vez, los ingenieros plantaron muchas especies diferentes como experimentos, algo que hace tan interesante los bosques del Monte Abantos con sus pequeños grupos de alerces, hayas, tilos, abedules y pinsapos y otros ejemplares exóticos como el Thuya gigantea y Sequoia gigantea.

En su libro, José Javier realza la figura del ingeniero Miguel del Campo, nativo de San Lorenzo y encargado de llevar a cabo la repoblación. En su resumen cita este gran ingeniero de monte (y proto-ecologista) que condena la destrucción de los bosques en España: “la obra destructora y suicida, bajo la mirada casi indiferente del Estado, rompiendo el equilibrio de las leyes de la Naturaleza.”  Concluye su magnífico libro José Javier Ramírez: “siguiendo las enseñanzas de Miguel de Campo, la receta para conseguir el ansiado objetivo de armonía y equilibrio entre las fuerzas naturales y sociales se nos aparece con meridiana claridad: menos egoísmo e ignorancia y más solidaridad y cultura.”

Fotos de alerces y hayas en Abantos:
http://blognatura-sistemacentral.blogspot.com/2010/10

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